¿Hacemos chistes de lo que creemos o nos creemos los chistes?
La red está llena de "demostraciones" de que las mujeres conducimos peor. Que nos maquillamos mientras conducimos. Que nos paramos en mitad de las intersecciones.
Sin embargo, la realidad es que un seguro de coche cuesta menos, en igualdad de condiciones, a una mujer que a un hombre, por la sencilla razón de que nos la pegamos menos. Aunque, por supuesto, para cada cosa buena que tenemos las mujeres como grupo, sale algún machista ofendido que excusa que somos más prudentes por biología, por proteger a nuestras crías, que somos bondadosas por naturalea, o que conducimos coches menos potentes.
Pero la realidad no deja de ser la realiad: nos la pegamos menos.
Y no sólo eso. Conducimos bien. Ya he dejado de contar la de tías que veo al volante de coches pequeños, grandes, potentes, sencillos. Tías que me adelantan porla autovía, tías que van lentas de narices, tías que me ponen histéricas, tías con las que me pico, tías que me dan ganas de casarme con ellas tras 0.15 segundos de contacto visual y de haberme enamorado su forma de conducir.
A la vez, ya he dejado de contar la de tíos que se sacan los mocos mientras les adelanto. La de tíos lentos que salen de intersecciones con ceda el paso, que me veían llegar, y me hacen frenar la marcha para no estamparme contra ellos. La de tíos que necesitan 80 maniobras para aparcar. La de tíos que casi me arrancan el retrovisor al adelantarme.
¿Conclusión personal? Al margen de lo que diga el populacho, y sin haber consultado ni un sólo estudio científico que mida las cualidades de conducción de uno y otro sexo, en mi experiencia me he topado con GENTE que conduce bien, y GENTE que conduce mal.
Empeñarnos en hacer guerra de sexos es lo más contraproducente del mundo, y en realidad no hace más que acentuar la falta de horizontes de quien se empeñe.
Imagen de Kazik-Na-Zywo